domingo, 26 de junio de 2011

La fotografía de paisaje


Imagen captada por Ansel Adams.

Hacia 1860 diversas agencias del gobierno estadounidense, notablemente el Departamento de Guerra, museos e instituciones científicas, encargaron a los más prestigiados fotógrafos de su época, reportajes sobre los territorios apenas conocidos entonces... Se trataba de misiones de reconocimiento, cuyos obvios propósitos eran, por un lado, obtener un registro de los territorios para estudiar posibilidades de integración económica... por otro, fomentar las migración y colonización de estas regiones. Los fotógrafos sobrepasaron las expectativas y crearon una mitología y una estética. (Debroise, : 81)

Los fotógrafos construyeron, junto con las representaciones pictóricas, una conciencia territorial, un orgullo nacional. En el siglo XX, esta sublimación del paisaje se convirtió en los Estados Unidos en una verdadera escuela de fotografía, cuyos jefes de fila fueron Edward Weston, Ansel Adams, Eliot Porter y Paul Strand, entre otros. Adams llevó notablemente esta  sensibilidad a sus últimas consecuencias. Tomó el partido de evidenciar no tantos los aspectos monumentales, como la poesía de las limpias planicies... inventó un sistema de zonas que consiste en bloquear partes del negativo al imprimir...

La historia del paisaje mexicano también puede leerse como construcción nacionalista...La escuela pictórica del paisaje se inicia con algunos viajeros románticos y se afirma con José María Velasco y varios de sus discípulos, para culminar con el Dr. Atl, quien llevó el culto del paisaje mexicano a sus últimas consecuencias... nos movemos aquí en el terreno de lo puramente estético, de su idealismo y de sus implicaciones ideológicas implícitas. Un sector de la foto mexicana adoptó el paisaje como el género natural que les solicitaba la naturaleza del país... y una forma de nacionalismo que se entrelaza y confunde con la promoción turística del territorio... pasando por Hugo Brehme, José Ma. Lupercio y en cierta medida Edward Weston.  Se puede definir, quizas, este aliento mexicanista en la elección de ciertos escenarios.

(información extraída del libro Fuga Mexicana, de Olivier Debroise)

La fotografía en México


De acuerdo al investigador francés Olivier Debroise, quien publicara una obra fundamental donde aborda la historia de la fotografía en México (Fuga Mexicana, un recorrido por la historia de la fotografía en México), en el caso del retrato fotográfico, una serie de figuras públicas pasan a formar parte del mundo privado familiar y sitúan al grupo ideológicamente. En 1874, la firma Cruces y Campa lanzó al mercado una célebre galería de gobernantes con los retratos de los personajes que han ejercido el poder en México, desde la época de la independencia. Esta iniciativa fue imitada por varios fotógrafos; además, los álbumes de edificios notables y paisajes, como el Album fotográfico de Desiré Charnay y el Album Orizabeño de Manuel Castillo (1872).

Además, la afirmación de sí mismo pasa por el reconocimiento de las imágenes, la localización de aquellos que no forman parte de la buena sociedad. Desde fechas muy tempranas, la fotografía sirvió a intereses de clase y llenó ciertos huecos. En 1855 se reglamentó el uso de la foto aplicada a la identificación de los reos,... aunque superficial, esta medida pretendía cubrir las carencias del sistema carcelario mexicano. (Debroise, 1998: 60)

La "notable mejora" había sido instaurada un año antes por decreto presidencial del general Santa Anna, a sugerencia del inspector de cárceles del ayuntamiento... Del conocido Chucho el Roto, Jesús Arriaga, fueron impresos 300 ejemplares de su retrato a raíz de su fuga en 1882. En las fotografías, los presos se caracterizaban por su apariencia andrajosa. La mayoría de ellos provenía de las clases bajas.

La fotografía sirvió muy pronto para clasificar, situar, definir y controlar a otros sectores de la sociedad. Además, durante el II Imperio se intentó controlar de esta manera el ejercicio de la prostitución, y particularmente, limitar los estragos de las enfermedades venéreas... dicho trabajo fue encargado por Maximiliano de Hadsburgo en 1865. En él, se apuntaban los datos clínicos de las mujeres galantes de la ciudad de México.

A partir de 1872 se registró de modo similar a los vagos e indigentes... a finales del porfiriato esta medida se extendió a los enfermos mentales, a los maestros y, en vísperas de las fiestas del Centenario de 1910, a todos los periodistas, a quienes se les entregó un carnet que les daba acceso a las ceremonias conmemorativas. De esta manera se fueron consignando en un registro los rostros de los ciudadanos que por su labor o características, debían ser identificados, conocidos, o mejor dicho, reconocidos por la clase en el poder.

En las últimas décadas del siglo XIX una intensa competencia, y la aparición de la fotografía de prensa obliga al fotógrafo a distinguirse: cada quien adopta un estilo que lo caracteriza... Los temas, las poses, son los mismos, pero la mirada del fotógrafo ha cambiado... sin embargo, en las ciudades de provincia y en ciertos barrios periféricos de la capital, se instalan estudios improvisados y cada vez más, numerosos fotógrafos ambulantes en busca de clientela de modestos recursos.

La profesión de fotógrafo retratista entró en crisis a finales de los años veinte... Esto se debió, probablemente, a la difusión entre las clases acomodadas de las cámaras portátiles, evidenciada por el espacio que ocupaba en la prensa la publicidad de los productos Kodak, introducidos en 1901 por la American Photo Supply Company. Algunos requerimientos oficiales permitieron sobrevivir a los estudios: como las fotos para credenciales y sus diversos formatos. A partir de 1910 el fotógrafo de retratos se convierte en un personaje de los barrios excéntricos, y se multiplican de vuelta los fotógrafos ambulantes o transhumantes que atienden a los sectores campesinos, a los peregrinos en Chalma, la Villa de Guadalupe, Chapultepec, etc...

Si deseas más información consulta la obra de Olivier Debroise que editara Gustavo Gili.

Sobre el retrato fotográfico

Retrato captado por Julia Margaret Cameron, artista inglesa que desarrolló un estilo de desenfoque para darle un toque original y artístico a sus imágenes fotográficas.


A la par de la naturaleza muerta o de aquella que involucraba la toma de paisajes bucólicos, el retrato fotográfico fue de los primeros géneros que se trabajó durante los primeras décadas de la invención de la Fotografía.

El nuevo artefacto que se vendió como un nuevo dispositivo para la "creación de imágenes", le otorgó la gran oportunidad a millares de personas en muchas partes del mundo de tener un retrato personal o familiar. En el siglo XIX, el fotógrafo de retrato se convirtió en un especialista cuyo oficio era solicitado para tratar de preservar una suerte de inmortalidad en una imagen bidimensional. De tal manera, el retrato fotográfico se impuso como uno de los géneros de mayor demanda por su gran referencialidad, mimetismo, semejanza y parecido al objeto o persona fotografiada.

En México circularon daguerrotipos de personajes de la vida política y social. En Fuga Mexicana, Olivier Debroisse indica que uno de las imágenes que mayor demanda y circulación tuvo en los albores del siglo XIX fue el del gobernante Benito Juárez.

Asimismo, en esta idea de la inmortalidad, la gente que tenía la desgracia de perder a un ser querido, sobre todo a un infante, solicitaba el trabajo de un fotógrafo para preservar la frágil y etérea presencia de ese ser. A esa clase de registros gráficos se les conoce con el nombre de la "muerte niña".

En los inicios del retrato fotográfico, la gente llevaba en los bolsillos de su traje las famosas "cartas de visita" o los elegantes daguerrotipos en estuches de piel para tener la impresión de llevar a sus seres queridos muy cerca.

Los primeros retratos mostraban a la gente en posturas muy rígidas, y en escenarios artificiales, pues casi todas las imágenes se trabajaban en estudios, sin embargo, con la llegada de la cámara brownie de Kodak, el oficio de fotógrafo de estudios sufrió un gran declive porque la gente ya tenía la posibilidad de captar una imagen propia y procesarla en laboratorios para tal fin.

Con el paso del tiempo, el retrato fotográfico fue ampliando sus tareas y pasó de la referencialidad al documentalismo y al trabajo estético ligado a las prerrogativas del arte.